jueves, 2 de febrero de 2012

Los caballos son animales de costumbres. Se habitúan a una rutina y puede llegar a molestarles mucho que ésta sea perturbada. Por ello, es importante mantenerla a rajatabla. Este concepto no sólo debe aplicarse en cuestión de horarios, sino que también se refiere al modo en que se abordan las tareas. Por ejemplo, a la hora de equipar al ejemplar para empezar a hacer ejercicio (ya sea darle cuerda, ponerle la silla, etcétera), el jinete deberá hacerlo siguiendo siempre la misma secuencia de acciones. De este modo se evitará que el équido adopte vicios por malas costumbres.

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